PARTIDOS POLÍTICOS SXXI

Como punto de partida de  discusión los partidos son instituciones. Aceptemos en este momento  que el dinero es  una institución, no solo un mero instrumento de intercambio,  como se sustenta en el título del artículo: “DINERO, LA INSTITUCIÓN POR EXCELENCIA”

Además de ser este el instrumento del poder universal, puesto que se acepta por la izquierda y la derecha en todo el planeta y es definitorio para cualquier política o acción de cualquier otra institución, incluyendo a los estados,  instituciones y organismos  supranacionales. También es elemento libertario y a la vez instrumento de dominación. Define las potencialidades de cualquier humano y al mismo tiempo esclaviza. Por estas razones debe de asumirse como EL PODER CIUDADANO POR EXCELENCIA.

Esto significa que todos y cada uno de los ciudadanos deben exigir, en forma palpable algo a cambio por sus impuestos y por su voto. Para tener el derecho a exigir garantizado, hay que hacer cambios en el sistema político, de otro modo lo único que se seguirá obteniendo serán concienzudos estudios económicos, discursos políticos y hasta justificaciones esotéricas que no son más que demagogia, cuyo fin último es DINERO.

Muchos estados adoptan el Laicismo, entendido como la corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o política de gobierno que defiende o favorece la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas. Del mismo modo habría que organizar a los partidos ajenos a cualquier filosofía política, deberían ser entidades cuyo único fin fuera la ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, definida como sistema de organizaciones públicas que realizan la función administrativa y de gestión del Estado y de otros entes públicos con personalidad jurídica, ya sean de ámbito regional o local.

En un estado realmente democrático esto garantizaría que después de las elecciones los partidos ganadores cumplirían en sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial con la principal función del gobierno, la administración del estado, sin excusas ni pretextos,  basados en pretendidas filosofías políticas que justifican el control del poder, del dinero en el que converge toda la actividad económica del país.

Tomando en cuenta la diversidad de credos, la mezcla de culturas y razas que actualmente hay en el mundo, la diversidad de opiniones; sentimientos, necesidades emocionales y sociales; la variación de todo lo anterior con la edad, educación y salud de los individuos hay que buscar un elemento común que permita llegar a convenios que satisfagan las diversas expectativas o por lo menos, sean aceptables para los gobernados. Ese instrumento de diálogo y acuerdo, neutral en lo que se refiere a ideología y religión y que involucra, el medio de intercambio universal es dinero.

Actualmente los partidos por sistema no toman responsabilidad alguna sobre la conducta de sus  miembros incumplimientos, errores. Aun peor han institucionalizado el engañar y defraudar al pueblo tanto en el discurso y los hechos tanto en asuntos sociales como en el patrimonio nacional. Han logrado el poder de la inmunidad. A los supuestos mandantes simplemente los ignoran por sistema mientras que dictan la conducta y controlan medios de comunicación, incluso técnicos y científicos como la Historia, Economía y muchas otras.

Los partidos políticos nunca deberían ser financiados con el dinero del estado puesto que esto pervierte cualquier supuesta plataforma política, convirtiendo la lucha por el poder (dinero) en una competencia por grandes negocios de enormes utilidades que son invertidas en capital; acumulación de activos financieros más reales que cualquier supuesto “capital político”.

El financiamiento partidario debe de ser realmente democrático, no estatal. Cada voto deberá ser cobrado por el partido ganador después de las elecciones y tendrá que ser pagado por el elector, de acuerdo a una tarifa establecida, tomando en cuenta la capacidad de pago de la población. Solo votará el ciudadano realmente interesado y se evitará cualquier posible compra del voto. No habrá modo de control de las elecciones por poderes fácticos (otra vez dinero). El poder monetario de la población pagaría la elección  del servicio de administración estatal, los partidos tendrían que vivir de su propia imagen, lo que incentivaría su adecuado financiamiento y serían encabezados por eficientes administradores públicos. El pago directo del ciudadano le dará el derecho de exigir resultados.

Los temas partidarios serán la eficiencia gubernamental, nunca más falsas promesas ni esoterismo político. La idea es recuperar la definición teórica: Política es el proceso de tomar decisiones que se aplican a todos los miembros de un grupo. También es el arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. La ciencia política constituye una rama de las ciencias sociales que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un quehacer ordenado al bien común.

Nunca volver a aceptar : La política es el arte de mentir para mantener al poder o la definición de Carl Schmitt de la política como juego o dialéctica amigo-enemigo, que tiene en la guerra su máxima expresión, o de Maurice Duverger, como lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores usarían en su provecho. También está Max Weber, que define la política estrictamente en función del poder.

Una perspectiva opuesta contempla en la política un sentido ético, como una disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para el grupo. Así las definiciones posteriores del término han diferenciado poder como forma de acuerdo y decisión colectiva, de fuerza como uso de medidas coercitivas o la amenaza de su uso.